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Síndrome piramidal: qué es, síntomas, diagnóstico y tratamiento

El dolor lumbar es una de las causas más frecuentes de consulta al médico, afecta a la calidad de...
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El dolor lumbar es una de las causas más frecuentes de consulta al médico, afecta a la calidad de vida e, incluso, es motivo de baja laboral. Con frecuencia, el dolor de espalda se relaciona con sobrecarga, contractura muscular y hernia de disco. Sin embargo, cuando el dolor afecta a la zona glútea puede tratarse de síndrome piramidal y a la compresión del nervio ciático de la pelvis. En POR UNA VIDA ACTIVA vamos a conocer qué es el síndrome piramidal, su sintomatología y en qué consiste el diagnóstico y tratamiento de los pacientes con síndrome del músculo piramidal.

síndrome piramidal dolor

¿Qué es el síndrome piramidal?

El síndrome del músculo piramidal es una lesión frecuente cuya causa es el acortamiento, contractura o hipertrofia del músculo piramidal. Este músculo piramidal se encuentra en la zona glútea y también se conoce como músculo piriforme.

Cuando se produce el acortamiento del músculo piramidal o piriforme, puede darse el atrapamiento del nervio ciático y provocar un dolor que irradia a la espalda y el muslo hasta la rodilla.

síndrome piriforme

Anatomía del músculo piramidal o piriforme

 El músculo piriforme o músculo piramidal es un músculo que se localiza en la pelvis, concretamente en la zona profunda de la región glútea.

El músculo piriforme tiene una forma aplanada y triangular. Se origina en la cara anterior y lateral del hueso sacro, uno de los huesos que conforman la pelvis. Se inserta en el borde superior del trocánter mayor. El trocánter mayor se encuentra situado en la parte superior del hueso del fémur (muslo).

La principal función del músculo piramidal o músculo piriforme está relacionada con los movimientos del fémur. El músculo piriforme permite los movimientos de extensión de cadera, la rotación externa y la abducción de cadera. La implicación del músculo piriforme se da en estos movimientos de cadera cuando la pelvis está fija.

En los movimientos de rotación externa de cadera, el músculo piriforme o músculo piramidal forma parte de los conocidos como músculos rotadores externos.

Músculos rotadores externos de la cadera:

  • Músculo piramidal o músculo piriforme.
  • Músculo obturador interno.
  • Músculo gemelo superior.
  • Músculo gemelo inferior.
  • Músculo obturador externo.
  • Músculo cuadrado femoral.

No obstante, cuando la cadera presenta un grado de flexión superior a 90º, el músculo piramidal interviene en los movimientos de rotación interna.

El músculo piramidal o músculo piriforme también realiza una importante función de estabilización de la cadera al mantener centrada la cabeza del hueso femoral del muslo.

¿Por qué se da el síndrome del músculo piramidal?

El síndrome piramidal se produce debido al acortamiento, contractura o hipertrofia del músculo piriforme, siendo una de las principales causas el sedentarismo. Este acortamiento del músculo piramidal puede provocar la compresión del nervio ciático.

El nervio ciático comienza su recorrido en la columna vertebral, a la altura de la espalda en la zona lumbar. Tras pasar por la zona de los glúteos, el nervio ciático termina en las piernas. Es por ello que una compresión en la zona de los glúteos puede manifestarse con adormecimiento, hormigueo y dolor en otras zonas del cuerpo debido al recorrido del nervio ciático.

Principales causas del síndrome del músculo piramidal

  • Deporte y ejercicio físico

Cuando el síndrome piramidal se relaciona con la práctica de ejercicio físico, el principal motivo suele ser el sobreentrenamiento o sobreesfuerzo.  Esto se da cuando por sobrecarga cuando la intensidad del entrenamiento es demasiado alta o cuando no se respetan los tiempos de reposo entre cada sesión de entrenamiento. La sobrecarga provoca una fatiga del músculo piramidal y no permite la correcta recuperación de los tejidos, lo cual puede provocar la aparición de los síntomas del síndrome piramidal.

Otra causa frecuente son los entrenamientos en terrenos duros o los deportes de impacto. También se relaciona con la falta de un calentamiento adecuado antes de comenzar los ejercicios, así como por no realizar estiramientos tras los mismos.

  • Anatomía.

Las alteraciones anatómicas pueden predisponer a la aparición de síndrome del piramidal. Esto es frecuente en pacientes con escoliosis, con dismetría de las piernas o con disfunciones pélvicas, sacras o del suelo pélvico.

La escoliosis consiste en una desviación lateral (hacia la derecha o hacia la izquierda) de la columna vertebral.

La dismetría puede afectar a las extremidades superiores e inferiores. Cuando la dismetría afecta a las extremidades inferiores significa que las piernas tienen diferente medida y una pierna es más larga que la otra. Esta diferencia en la medida puede darse en el muslo, en la pierna, en el pie o en todas ellas a la vez.

En estos casos, el síndrome del piramidal surge como mecanismo de compensación del músculo piriforme para buscar y proporcionar estabilidad a la pelvis.

Principales causas del síndrome del músculo piramidal: cirugías.

Puede darse que las cirugías de la región abdominal o de la cadera provoquen adherencias de los tejidos. Esto puede alterar la estructura de la zona y los movimientos del tronco generando alteraciones del músculo piramidal o músculo piriforme que desencadenan el síndrome del piramidal.

Principales causas del síndrome del músculo piramidal: sedentarismo. 

La falta de ejercicio físico disminuye la tonicidad, fuerza, flexibilidad y movilidad de la musculatura. Además, el músculo piramidal también se ve afectado por pasar muchas horas sentados, característico de largas jornadas de trabajo frente al ordenador.

sedentarismo

Por tanto, el sedentarismo propicia la aparición de síndrome del piramidal al provocar el acortamiento del músculo piramidal y la compresión del nervio ciático.

El síndrome piramidal también puede estar provocado por un traumatismo o golpe que afecte al músculo piramidal.

Síndrome piramidal y ciática. Diferencias.

Tanto el síndrome del piramidal como la ciática pueden ocasionar un dolor intenso que afecta a la parte baja de la espalda (en la región lumbar), el glúteo y la pierna, por ello es muy frecuente confundir ambas patologías y sus síntomas.

Como hemos explicado, el síndrome piramidal aparece por contractura o sobrecarga del músculo piramidal o piriforme, que se encuentra en la parte profunda del glúteo e interviene en los movimientos de rotación de la pierna. Cuando la contracción muscular comprime el nervio ciático, provoca una sintomatología muy parecida al del dolor de ciática. Es por esto por lo que al síndrome piramidal también se le conoce como falsa ciática o pseudociática.

Para distinguir el diagnóstico diferencial entre el síndrome piramidal y la ciática, debe evaluarse el punto de partida del dolor y sus síntomas. En el caso del síndrome piramidal, el dolor se centra en el glúteo, donde es más agudo, y de ahí parte a las zonas colindantes del cuerpo.

En el caso de la ciática, la neuropatía ocasiona dolor que comienza en la espalda, concretamente en la zona lumbar de la columna vertebral. El dolor de ciática también puede irradiar en dirección al glúteo, la parte trasera de la pierna e, incluso, llegar hasta el pie.

Otra diferencia fundamental es que, en la mayoría de los casos, la ciática se debe a la presencia de una hernia discal o protusión que aparece entre las vértebras lumbares y el sacro. También es frecuente por desgaste de los huesos y tejidos (como es el caso de pacientes con osteoartritis o artritis reumatoide) y en mujeres durante el embarazo.

Diagnóstico y síntomas del síndrome piramidal

Para el diagnóstico del síndrome piramidal, el médico especialista debe comprobar que se trata de esta lesión y no de otro tipo de lesión o patología, como la ciática anteriormente mencionada.

La exploración física busca evaluar el origen del dolor, las zonas afectadas y otros síntomas. El médico también podría solicitar pruebas diagnósticas: ecografía, radiografía, resonancia magnética…

El principal síntoma del síndrome piramidal es un fuerte dolor en los glúteos con espasmos y sensación de quemazón e incluso de “mordisco” conocidos como parestesias. Cuando el nervio está comprometido, el dolor puede venir acompañado de hormigueo y entumecimiento de glúteos, espalda, y pierna sin sobrepasar la rodilla.

contractura del músculo piramidal

La contractura del músculo piramidal puede originar un punto de gatillo que provoque dolor en glúteos y parte posterior de la pierna. Esta contracción de las fibras ocasiona que la pierna del músculo piramidal afectado se encuentre en rotación externa cuando el paciente está tumbado boca arriba. Por ello, se puede percibir que una pierna es más corta que la otra.

Cuando hay compresión del nervio ciático, el dolor puede irradiarse a lo largo de todo el recorrido de este.

En cuanto a la postura, es frecuente que los pacientes con síndrome piramidal noten molestias al pasar mucho tiempo sentados, por lo que necesitan cambiar de postura para aliviar el dolor. De igual manera, esta necesidad de cambiar de postura aparece al pasar mucho tiempo de pie, caminando o al cargar peso. El dolor también se acentúa al incorporarse o al cruzar las piernas.

Tratamiento del síndrome piramidal

En el tratamiento del síndrome principal se busca la relajación del músculo con fisioterapia mediante masajes descontracturantes.

Además del masaje relajante, la fisioterapia puede aplicar las siguientes técnicas de tratamiento para aliviar los síntomas:

  • Fisioterapia con punción seca y técnicas de presión sobre los puntos gatillo.
  • Fisioterapia de relajación de la musculatura que rodea al músculo piramidal.
  • Fisioterapia con ejercicios de estiramiento.

En cuanto a los medicamentos, el médico podría prescribir analgésicos y antiinflamatorios orales, así como antiinflamatorios tópicos. La aplicación de calor local ayuda a la relajación muscular.

En casos graves y persistentes al tratamiento, podría valorarse la infiltración con corticoides. La cirugía se considera el último recurso cuando la fisioterapia y el tratamiento farmacológico no resultan eficaces.

Consejos para prevenir el síndrome piramidal

  • Comienza tu entrenamiento con ejercicios de calentamiento para cada grupo muscular. El calentamiento ayuda a preparar tus músculos, tendones y articulaciones para el ejercicio que se va a practicar y favorece la recuperación.
  • Incluye en tu rutina de entrenamiento ejercicios de fuerza específicos para el fortalecimiento de la musculatura: glúteos, abdomen, piernas, espalda…
  • Termina el entrenamiento con ejercicios de estiramiento y de relajación que favorezcan la recuperación muscular. La realización de estiramientos ayuda a mantener la flexibilidad y movilidad de tus músculos, tendones y ligamentos.
  • Consulta a un médico especialista para su correcto diagnóstico, tratamiento y fisioterapia.

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Sobre el autor: Carmen Bauzá

Farmacéutica especializada en formación y comunicación en Industria Farmacéutica: salud, belleza y autocuidado.
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