Una de las lesiones más frecuentes de la articulación de la cadera es la contractura muscular, que puede afectar a diferentes grupos musculares como los abductores. Este síndrome se da por una contracción persistente en el músculo y afecta a los músculos que rodean a la cadera, lo cual origina dolor en la zona de la pelvis y parte alta de la pierna. Por ello, uno de los principales síntomas de esta lesión es que causa la limitación de movimientos de aducción, extensión, abducción, rotación o flexión de cadera. Esto supone una dificultad para llevar a cabo las actividades del día a día o para la práctica de muchos deportes. En este artículo de POR UNA VIDA ACTIVA vamos a conocer las principales causas de la contractura en la articulación de la cadera, especialmente en los abductores. También veremos en qué consiste su rehabilitación y tratamiento.
Anatomía de la cadera
La cadera es una articulación muy importante en la estabilidad y la movilidad de todo el cuerpo.
La cadera presenta una cavidad llamada acetábulo, donde se inserta la cabeza del fémur. Esta unión en el acetábulo está protegida por una cápsula articular que contiene líquido sinovial. El líquido sinovial tiene como función proporcionar lubricación (protege a la cabeza del fémur del roce con otros huesos) y de amortiguación durante el movimiento.
En la articulación también hay presentes otros tejidos como músculos, tendones y ligamentos que están compuestos por fibras. Entre los músculos podemos destacar:
- Músculos abductores: responsables de los movimientos de abducción de la cadera.
- Músculos aductores: responsables de los movimientos de aducción de la cadera.
- Músculo tensor de la fascia lata: contribuye a la estabilidad y al movimiento de rotación de la cadera.
- Glúteo mayor: también implicado en la estabilidad y rotación de cadera.
La fascia lata es un tejido que proporciona soporte a la cadera y ayuda a transmitir la fuerza de los músculos durante el movimiento. Otra estructura importante de la cadera es el trocánter mayor, una prominencia ósea localizada en el fémur. El trocánter mayor sirve como punto de inserción para varios músculos de la cadera.
Todas estas estructuras trabajan de manera conjunta permitiendo los diferentes movimientos de la cadera y la pierna.
Movimientos de la articulación de la cadera
- Abducción: alejar la pierna del cuerpo.
- Aducción: acercar la pierna al cuerpo.
- Flexión: elevar la pierna hacia el torso.
- Extensión: llevar la pierna hacia atrás.
- Rotación interna: girar la pierna hacia adentro.
- Rotación externa: girar la pierna hacia afuera.
- Circunducción: combina movimientos de flexión, extensión, abducción y aducción en un movimiento circular.
- Elevación lateral: levantar la pierna hacia un lado.
- Elevación medial: levantar la pierna hacia el centro del cuerpo.
- Pronación: girar la pierna hacia adentro.
- Supinación: girar la pierna hacia afuera.
¿Qué es la contractura de la cadera?
La contractura de la cadera es una lesión frecuente y que causa dolor. La causa es una contracción muscular persistente. Esta contracción puede afectar a los diferentes músculos que rodean la articulación de la cadera, como los músculos abductores y aductores. Como consecuencia de este síndrome, hay una limitación del movimiento que puede afectar a la actividad cotidiana o a la práctica de ejercicio.
¿Cuáles son los principales síntomas de las contracturas de la cadera?
Los síntomas de la contractura de cadera pueden variar en intensidad de una persona a otra en función de la gravedad del síndrome. Los más frecuentes son:
- Dolor en la zona de la cadera que puede irradiarse a la pelvis, el muslo o la ingle.
- Limitación del movimiento.
- Rigidez de la cadera, especialmente después de permanecer un tiempo prolongado en posición sentada o de pie.
- Dificultad para hacer determinados movimientos como la abducción o la rotación de cadera.
- Sensación de tirantez en los músculos.
- Debilidad muscular y pérdida de fuerza con la pierna.
¿Qué causa la contractura de la cadera?
Existen diferentes factores que pueden causar contractura de cadera, por lo que la evaluación del paciente debe ser estudiada por un médico o fisioterapeuta para determinar el origen del síndrome.
Entre las principales causas se encuentran:
- Sobrecarga muscular, normalmente originado por la práctica de ejercicio o actividades demasiado intensas o repetitivas.
- Compensación por debilidad de los músculos que rodean a la cadera: glúteo, isquiotibiales, flexor etc.
- Lesión o traumatismo por una caída o golpe en la zona de la cadera.
- Mala técnica en la realización de ejercicio.
- Adopción de malas posturas de manera sostenida a lo largo del día o mientras realizamos actividades cotidianas (trabajar, cargar peso etc.).
- Espasmos o puntos gatillo. Los puntos gatillo son áreas hiperirritables en los músculos que pueden causar dolor referido y sensibilidad localizada cuando se activan.
- Síndrome del trocánter mayor: el síndrome del trocánter mayor es una lesión dolorosa que afecta la región lateral de la cadera. Se caracteriza por dolor y sensibilidad en el área del trocánter mayor, causado comúnmente por inflamación de los tendones o la bursa. Puede ser provocado por sobrecarga, traumatismo o desalineación biomecánica.
- Bursitis trocantérea: la bursitis trocantérea es la inflamación de la bursa trocantérea, una estructura que actúa como amortiguador entre el trocánter mayor del fémur y los tendones que lo rodean en la cadera. Causa dolor en la parte externa de la cadera, agravado por la actividad y la presión directa.
- Enfermedades degenerativas, como la artrosis de cadera. La artrosis de cadera es una enfermedad degenerativa que afecta la articulación de la cadera, causando dolor, rigidez y pérdida de movimiento. La principal característica de la artrosis es el desgaste del cartílago articular, lo que puede favorecer la aparición de contracturas en el paciente.
Tratamiento de la contractura de cadera:
El tratamiento de la contractura de cadera tiene como objetivo el alivio del dolor, la mejora de la movilidad y la corrección de posibles desequilibrios o debilidad muscular:
- Medicamentos: los analgésicos y antiinflamatorios ayudan a reducir el dolor y la inflamación. Se pueden aplicar de manera tópica (crema, spray etc.) u oral.
- Fisioterapia: el masaje terapéutico y los ejercicios de estiramiento y fortalecimiento muscular ayudan a aliviar la tensión y a mejorar la movilidad.
- Calor local: el calor ayuda a aliviar la tensión y mejorar la circulación sanguínea en la zona afectada.
- Reposo: es importante respetar los tiempos de descanso y evitar actividades intensas hasta la total recuperación de las contracturas.
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