El mindfulness es un ejercicio de focalización que beneficiará tu salud mental y bienestar. En POR UNA VIDA ACTIVA vamos a ver qué es el mindfulness y sus beneficios. También veremos cómo realizar ejercicios para practicar mindfulness en sesiones que puedes incorporar a tu rutina diaria.
Aunque practicar mindfulness está de moda, realmente es una técnica muy antigua para mejorar el mindful o atención plena. En sus comienzos, hace más de 2500 años, eran ejercicios basados en tradiciones, la espiritualidad y la meditación de los budistas que con el tiempo hemos ido adaptando a nuestra cultura para conseguir todos sus beneficios.
Mindfulness y meditación ¿Es lo mismo?
Aunque ambos términos tienden a confundirse, mindfulness y meditación no es lo mismo. La diferencia es que el mindfulness es un estilo de vida que implica practicar ejercicios de meditación y otras técnicas. Es decir, el mindfulness utiliza técnicas como la meditación, la relajación o la respiración.
Mindfulness ¿Qué es?
El mindfulness es un estilo de vida que busca conseguir la atención plena. Para ello, se busca la focalización en el momento presente, es decir, en los acontecimientos que estamos viviendo en cada momento. Busca aumentar la conciencia del “aquí y ahora”, centrando nuestra atención en nosotros mismos y nuestro alrededor sin dejarnos llevar por las distracciones.
El mindfulness se usa en psicología como psicoterapia para reducir el estrés, la ansiedad y otras enfermedades crónicas de salud mental. Pero también podemos aplicarlo a nuestro día a día con el propósito de mejorar nuestra calidad de vida.
Por ello, hemos de diferenciar el mindfulness de la espiritualidad o de otras creencias como la religión o filosofías, y entenderlo como una práctica que beneficiará nuestra salud mental y bienestar.
Mindfulness, ¿Para qué sirve?
Como decíamos, el mindfulness es una técnica que se aplica tanto en terapia como en actividades cotidianas y que puede ayudarnos a reducir el ruido y las distracciones para centrarnos y aumentar nuestra concentración.
El mindfulness busca aumentar la conexión con tus emociones, tu cuerpo y tu mente. Es decir, aumentar la conexión contigo mismo.
En clínica, se ha usado en programas para combatir el estrés, la ansiedad y otras enfermedades psicológicas crónicas. Incluso se ha aplicado en niños para mejorar el autocontrol y la concentración. También ayuda a afrontar situaciones difíciles como problemas de salud, enfermedades incapacitantes o síntomas como el dolor.
Más allá de la clínica, en nuestro día a día el mindfulness nos ayuda a manejar nuestras emociones y pensamientos, lo cual afectará directa y positivamente a nuestras acciones.
Es un gran recurso cuando pasamos por situaciones estresantes ya nos ayuda a gestionarlas y, de esta manera, a reducir la ansiedad y sus efectos dañinos.
El mindfulness te ayuda a ver las situaciones desde otra perspectiva. Te convierte en un observador de la situación, de lo que te ocurre, de tu entorno y de ti mismo. Esta perspectiva te ayuda a entender tus pensamientos y emociones, lo que mejorará tu capacidad para gestionar la situación y tomar mejores decisiones y acciones.
Beneficios del mindfulness
El mindfulness te aportará beneficios tanto a nivel físico como mental:
- Ayuda a mejorar el autocontrol.
- Potencia la resiliencia.
- Ayuda a gestionar situaciones estresantes.
- Reducir el estrés.
- Reducir la ansiedad.
- Manejar nuestras emociones y pensamientos.
- Aumenta la capacidad de concentración.
- Ayuda a afrontar problemas de salud, enfermedades incapacitantes y dolor.
Técnicas para practicar mindfulness
Como cualquier costumbre o hábito que queramos aplicar a nuestro día a día, deberemos trabajar para aprender a llevarlo a cabo y acostumbrarnos. Para ello, existen diferentes técnicas que podremos llevar a cabo para alcanzar el mindfulness. Algunas de las técnicas más comunes son:
- Practicar yoga.
- Dedicar unos minutos al día a la meditación.
- Realizar ejercicios de respiración consciente.
- Etc.
Estas técnicas son vehículos a través de los cuales conseguir el mindfulness. En cada una de las sesiones, se pueden usar una o más técnicas para alcanzar el mindfulness. El propósito de cada sesión será relajarnos y hacernos conscientes de nuestros sentimientos, sensaciones y pensamientos.
El principal reto está en no dejar llevarnos por distracciones y ruidos que nos alejen del control de nuestras emociones.
Como cualquier entrenamiento, conseguir el mindfulness también debe ser progresivo:
- Comienza practicando las técnicas unos minutos al día.
- Una vez incorpores las técnicas a tu rutina diaria, intenta practicar al menos 30 minutos diarios.
- La constancia es clave. Persevera en su práctica para interiorizar sus beneficios poco a poco.
¿Cómo practicar Mindfulness?
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¿Cuándo practicar mindfulness?
Cualquier momento del día será adecuado para practicar mindfulness. Lo importante es que sea un momento en que te encuentres relajado y en el que puedas permitirte evadirte – aunque solo sea unos minutos – de los quehaceres diarios.
Un buen momento es por la mañana, justo después de despertarte. Antes de incorporarte a tu rutina diaria dedica unos minutos a practicar tus técnicas o ejercicios de mindfulness. Deja el móvil, los emails y las actividades de la jornada a un lado para comenzar el día trabajando tu atención plena.
Otra opción es practicarlo por la noche, antes de irte a dormir. Esto te ayudará a reflexionar sobre tu jornada, siempre desde el punto de vista de la consciencia y la relajación. Además, te ayudará a conciliar el sueño.
Otra opción es al medio día. Los ejercicios de relajación te ayudarán a desestresarte y a continuar el día con más serenidad y consciencia.
¿Dónde practicar Mindfulness?
Con el tiempo, aprenderás a ignorar las distracciones. Pero, hasta que esto ocurra, intenta escoger un sitio relajado. Libre de ruidos, distracciones, personas o alertas que puedas atraer tu atención y alejarte de tu propósito.
Elige un sitio que sea tranquilo: en casa, en tu dormitorio, en tu oficina… también puedes salir al aire libre y practicarlo en jardines, parques o en plena naturaleza.
También es importante que el lugar te resulte confortable y que la temperatura y ambiente sean adecuados.
¿En qué postura practicar mindfulness?
El mindfulness puede practicarse tumbado, sentado o incluso de pie. Lo importante es que siempre tengas la espalda recta para favorecer la correcta respiración.
¿Qué ropa usar para practicar mindfulness?
Para practicar mindfulness no necesitas una indumentaria específica, pero si debe ser ropa cómoda y holgada para que no afecte a tu respiración ni limite tus posturas.
Si practicas yoga, te recomendamos usar tejidos elásticos que se adapten a todos los ejercicios, especialmente cuando trabajes la flexibilidad.
¿Qué utensilios usar para practicar mindfulness?
Normalmente, el mindfulness no requiere utensilios específicos. Pero si practicas ejercicios tumbado sí podrías necesitar una esterilla para que te resulte más cómodo.
¿Cómo practicar la respiración en mindfulness?
La conciencia y control de la respiración es clave en el mindfulness. Para ello, concéntrate. Nota como el aire entra por tus fosas nasales y continúa hacia los pulmones cuando inhalas.
Al inhalar, llevas oxígeno y nutrientes a todo cuerpo. Exhala lentamente y mantén la consciente en todo momento.
Es normal que te distraigas, sobre todo al principio. No te culpes por ello. Vuelve a concentrarte prestando atención a cada respiración. Con la práctica, cada vez te resultará más fácil que mantengas tu mente concentrada y en menos tiempo.
Principales dificultades a la hora de practicar mindfulness
Al comenzar la práctica, como en todo comienzo, puede resultarte complicado alcanzar la concentración. Esto es totalmente normal. Vivimos inmersos en el ajetreo y nuestra mente está acostumbrada a procesar mucha información continuamente. Aprender a dejar de lado toda esa información para concentrarnos en nosotros mismo puede resultar complicado, pero con la práctica y, sobre todo, con la constancia conseguiremos alcanzar la concentración cada vez más rápido y a mantenerla cada vez más tiempo.
Practicar mindfulness es como un entrenamiento que incorporar en tu rutina para, de manera progresiva, convertirlo en un hábito.
¿Cómo aplicar el mindfulness a la vida cotidiana?
Realizar diferentes técnicas y ejercicios de mindfulness te ayudará a ir adquiriendo una técnica que puedes aplicar a cualquier situación que afrontes durante el día.
Este hábito adquirido de aumentar tu concentración y consciencia en las sesiones puedes introducirlo en tus actividades cotidianas: cuando realices una tarea de trabajo, para lidiar con una disputa, para mejorar tu eficiencia en tus quehaceres diarios, cuando necesites aclarar tus ideas…
Estos minutos que dedicas al día a realizar técnicas de mindfulness te ayudarán a controlar impulsos o comportamientos que están gobernados por el estrés o las prisas y te perjudican en el desarrollo de situaciones cotidianas.
Libera tus experiencias de las distracciones o ruido mental para ser consciente de lo que te generan y cómo gestionarlas. Tu mente tiende a la previsión, la planificación y al futuro. Libérate de esos pensamientos que coaccionan tu libertad para concentrarte en el “aquí y ahora”.
Adquirir esta capacidad es una herramienta para llevar el control de tus pensamientos y emociones que, en última instancia, determinarán tus acciones y mejorará tu calidad de vida.