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Tratamiento de la tortícolis: cómo aliviar el dolor de cuello

La tortícolis es una afección que provoca dolor en el cuello, limitando los movimientos de la cabeza hacia un...
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La tortícolis es una afección que provoca dolor en el cuello, limitando los movimientos de la cabeza hacia un lado debido a la rigidez en los músculos del cuello. Los síntomas de la tortícolis incluyen dolor de cuello, rigidez y dificultad para mover la cabeza hacia el lado afectado. Es importante realizar un tratamiento adecuado porque puede afectar la columna cervical y extenderse hacia los hombros, causando problemas en la columna vertebral y en el sistema nervioso. En este artículo de POR UNA VIDA ACTIVA, vamos a revisar las causas, los principales síntomas y el tratamiento de la tortícolis para aliviar el dolor y mejorar la movilidad del cuello.

 

 

¿Qué es la tortícolis?

La tortícolis es una contracción muscular. Ocurre cuando los músculos del cuello, especialmente el esternocleidomastoideo, se contraen involuntariamente, haciendo que la cabeza se incline hacia un lado y limitando la capacidad de girar la cabeza. Puede estar acompañada de dolor agudo y rigidez que afecta los movimientos del cuello. Los síntomas varían desde un malestar leve, hasta un dolor incapacitante que puede extenderse hacia los hombros y la parte superior de la columna vertebral.

 

Causas de la tortícolis

La tortícolis puede tener diversas causas, desde una mala postura durante el sueño, hasta problemas en la columna cervical o el sistema nervioso. Identificar cuál es el origen de la tensión en tu cuello es clave para aplicar el tratamiento adecuado y prevenir que el problema se repita en el futuro. Algunas de las causas más comunes incluyen:

 

Mala postura

Mantener el cuello en una posición incorrecta durante un tiempo prolongado, como al trabajar frente a una pantalla o dormir con una almohada inadecuada, puede generar tensión excesiva en la musculatura del cuello. Esto sobrecarga los músculos del cuello, lo que eventualmente provoca rigidez y dolor. Además, la falta de movimiento durante largos periodos en estas posiciones favorece la aparición de la tortícolis.

 

Estrés

El estrés emocional no solo afecta a la mente, sino también al cuerpo. Cuando estamos estresados, es común que los músculos se tensen, especialmente los del cuello y los hombros. Esta tensión constante favorece la rigidez muscular, lo que aumenta la probabilidad de desarrollar tortícolis. El estrés también puede empeorar los síntomas, haciendo que el dolor sea más intenso y prolongado.

 

 

Lesiones

Un golpe directo en el cuello, un accidente automovilístico o incluso una mala postura al dormir pueden provocar una lesión en los músculos del cuello. Estas lesiones pueden ser traumáticas, como un latigazo cervical, o menores, como un simple tirón muscular. En cualquier caso, las lesiones en el cuello aumentan el riesgo de sufrir episodios de tortícolis.

 

Problemas en la columna cervical

La desalineación de la columna vertebral, como la pérdida de la curvatura natural del cuello, o problemas estructurales como hernias discales en la columna vertebral, pueden generar contracciones musculares involuntarias en los músculos del cuello. Estas afecciones afectan la función normal de la columna cervical, lo que a su vez genera espasmos en los músculos y una postura incorrecta de la cabeza.

 

Movimientos bruscos

Girar la cabeza de manera rápida o forzada, ya sea durante una actividad física o por un mal movimiento, puede provocar espasmos musculares repentinos en el cuello. Estos movimientos súbitos tensan los músculos, provocando un bloqueo en la movilidad y aumentando la rigidez en la zona. Este tipo de movimientos también pueden ocurrir al despertar después de haber dormido en una posición incómoda.

 

Síntomas de la tortícolis

El principal síntoma de la tortícolis es el dolor de cuello, que generalmente se intensifica al intentar mover la cabeza. Otros síntomas incluyen:

  • Dolor agudo en un lado del cuello.
  • Rigidez y dificultad para girar la cabeza.
  • Dolor que se extiende hacia los hombros o la parte superior de la columna.
  • Sensación de bloqueo en el movimiento de la cabeza.
  • Sensibilidad al tacto en los músculos del cuello afectados.

 

Tratamiento de la tortícolis

El tratamiento de la tortícolis varía según la causa y la severidad de los síntomas, pero el objetivo principal es aliviar el dolor y restaurar el movimiento normal del cuello. A continuación, indicamos algunos de los tratamientos más efectivos:

 

Fisioterapia

La fisioterapia es una de las mejores formas de tratar la tortícolis. Un fisioterapeuta puede enseñarte ejercicios para estirar y fortalecer los músculos del cuello, mejorando la movilidad de la cabeza. Estos ejercicios ayudan a aliviar la rigidez y prevenir futuros episodios de tortícolis.

 

 

Medicamentos

En algunos casos, el médico puede recetar medicamentos orales como relajantes musculares o analgésicos para reducir el dolor y la rigidez. A nivel tópico, también están indicados los antiinflamatorios en crema. Estos medicamentos pueden ayudar a que los músculos se relajen, lo que facilita la recuperación.

 

Aplicación de calor o frío

El uso de compresas calientes o frías sobre el cuello puede reducir el dolor y la inflamación en los músculos afectados. Alternar entre frío y calor puede ser útil para mejorar el flujo sanguíneo y reducir la rigidez.

 

Estiramientos y ejercicios de movilidad

Realizar estiramientos suaves del cuello puede aliviar la tensión muscular y mejorar el rango de movimiento. Es importante que estos ejercicios se hagan de manera controlada para evitar empeorar la afección.

 

Tratamiento con collarín

En casos más severos, se puede utilizar un collarín para estabilizar el cuello y evitar que los músculos se contraigan aún más. Sin embargo, su uso debe ser temporal para no debilitar la musculatura.

 

Técnicas de relajación y manejo del estrés

El estrés puede ser un factor desencadenante de la tortícolis, por lo que aprender técnicas de relajación como el yoga o la meditación puede ser útil para reducir la tensión muscular y mejorar el bienestar general.

 

¿Cuándo consultar a un médico?

Aunque la tortícolis suele resolverse en pocos días con el tratamiento adecuado, es importante que consultes a un médico si:

  • El dolor persiste más de una semana.
  • Presentas síntomas de entumecimiento o debilidad en los brazos.
  • El dolor se vuelve insoportable y limita gravemente el movimiento.

 

Recomendaciones para la prevención del dolor de cuello

La tortícolis es una afección que, aunque no es grave, puede causar mucho dolor de cuello y limitar tus actividades diarias. Este dolor suele estar acompañado de rigidez en los músculos y dificultad para mover la cabeza en una dirección específica. Afortunadamente, existen varias opciones de tratamiento de la tortícolis, que van desde la fisioterapia hasta los medicamentos, y ejercicios de estiramiento que te ayudarán a aliviar el dolor y recuperar la movilidad.

Es fundamental que los pacientes afectados sigan un plan adecuado de tratamiento para evitar complicaciones en la columna cervical y posibles episodios recurrentes. La tortícolis puede tener un impacto considerable en tu sistema nervioso si no se trata adecuadamente, pudiendo afectar la función de los músculos del cuello y generar problemas de postura a largo plazo. Aquí te dejamos algunas recomendaciones clave para cuidar tu cuello y prevenir futuros episodios de esta afección:

 

Mantén una buena postura

La postura correcta es esencial para prevenir la tortícolis. Asegúrate de mantener una posición adecuada mientras trabajas, duermes o realizas tus actividades diarias. Evita inclinar la cabeza hacia un lado o mantener el cuello en una posición incómoda durante largos períodos, ya que esto puede generar tensión en los tejidos del cuello y la columna.

 

Realiza ejercicios de estiramiento regularmente

Los estiramientos específicos para la columna cervical te ayudarán a mantener la movilidad y prevenir la rigidez. Además, el estiramiento constante de los músculos mejora el rango de movimiento y disminuye la acumulación de tensión en los tejidos del cuello. Estos ejercicios también son clave para evitar el bloqueo muscular y mejorar la sensibilidad en la zona afectada.

 

Evita los movimientos bruscos

Los movimientos rápidos o forzados, como girar la cabeza de manera repentina, pueden desencadenar espasmos musculares y agravar el dolor. Es importante evitar cualquier movimiento brusco que implique la rotación del cuello, ya que esto puede empeorar los síntomas y provocar un mayor bloqueo en la columna cervical.

 

Gestiona el estrés

El estrés es uno de los factores más comunes que contribuyen a la aparición de la tortícolis. Practicar técnicas de relajación, como la respiración profunda, la meditación o incluso la estimulación muscular, puede ayudarte a reducir la tensión acumulada en los músculos del cuello y evitar futuros episodios de tortícolis. Además, una adecuada gestión del estrés mejora el bienestar general del cuerpo y favorece una mejor calidad de vida.

 

Consulta a un especialista

No dudes en acudir a un médico si los síntomas persisten o si el dolor se intensifica, para que te recomienden un tratamiento adecuado que se ajuste a tus necesidades.

 

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Sobre el autor: Carmen Bauzá

Farmacéutica especializada en formación y comunicación en Industria Farmacéutica: salud, belleza y autocuidado.
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